Hooolaaaaaaa!
Hace mucho que se acabaron las vacaciones. Luego vino el trabajo en el extranjero, luego siguió en Madrid, luego empezaron los colegios, luego llegó el otoño... en fin, un montón de cosas han pasado desde que hicimos la última entrada, hace un millón de años, allá por el mes de... de... ¡pero si ni nos acordamos!
Uf, ha sido un gran esfuerzo vencer la pereza y retomar el blog, cuando no era por una cosa era por otra, el caso es que no sois merecedores del abandono al que os hemos sometido. ¡Habrá que solucionarlo!
Estamos en fase de calentar motores. Hemos estado muy holgazanas últimamente y no teníamos mucho postre que hornear, inmortalizar y colgar. Los blogs, aunque sean tan modestos como el nuestro, llevan su tiempo, y a veces no disponemos de todo el que quisiéramos. Pero no os podeis hacer una idea del cargo de conciencia que nos entra cuando pasan los días y no hacemos ninguna entrada nueva...
Hoy os enseñamos un bizcocho que hemos hecho hoy mismo y que intentaremos convertir en tarta para ofrecer en el café del sábado, ya sabéis, reunión familiar a la vista, jejejejeje.
Se trata de un bizcocho Victoria, un postre típico inglés. Es genial como base de tartas, veremos qué relleno hacemos para que esté más rico aún.
En esta foto podeis ver que le ha salido un poco de chepa, a pesar de utilizar el truco de forrar el molde con papel vegetal para que suba uniformemente... no hay manera.
Pero bueno, intentaremos que salga algo decente. Ya estamos aquí ¡¡¡¡calentando motores, bueno hornos!!!!
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