martes, 7 de mayo de 2013

TARTA BOLSO DE MANO

Hace unos cuantos fines de semana celebramos el cumpleaños de dos amigas. Fue una noche estupenda, llena de chicas que no paran de cotorrear... ay... qué buenas son esas noches sin maridos ni niños. No hicimos nada especial, o bueno, tan especial como cenar tranquilamente y pasar un rato juntas.

Bueno, el caso es que hicimos una tarta para Ana y Marta (las dos cumpleañeras). Nos dejaron temática libre, así que pensamos en hacer una tarta con forma de bolso, y éste fue el resultado:


Estaba muy rica, pero tuvimos que superar algunas "circunstancias".

Era nuestra primera tarta vertical y pagamos la novatada de emborrachar demasiado el bizcocho, así que se torció un poco y hubo que "apuntalarla" hasta que se secó. De hecho, aún no estamos seguras de que este tipo de tartas se humedezcan (y si no es así, suponemos que comerse el bizcochazo a secas debe ser un suplicio...)

Cortarla también fue una odisea, entre la pena que daba y lo raro de la forma, no sabíamos por dónde ni cómo meterle mano.

Y luego el temido tema del transporte ¡no cabía en la caja, y eso que era de las altitas! Así que todo el camino rezando para que no cayese.

Pero bueno, a Marta y Ana les gustó mucho, que era lo importante.  Tenemos fotos de las dos junto a su tarta, pero no se atreven a tener una imagen pública, jajajajajajaja.

Y por último, de sabor (chocolate) estaba bien, aunque esté mal que lo digamos.

jueves, 2 de mayo de 2013

GALLETAS "CUCÚ - TRAS" PARA MARINA

Hola!


Seguimos vivas, jejejejejeje. Hemos estado muy atareadas, os vamos a enseñar todo lo que hemos hecho durante el mes de abril, pero será en varios posts, para no aburrir al personal.

Hoy os mostramos las galletas que hicimos para el bautizo de Marina, la bebé de unos amigos, de la que ya os hablamos en esta otra entrada.

Le propusimos a nuestra amiga Marta (la mamá de la mini-princesa) varios modelos, entre ellos el de la galleta "peek a boo" o "cucú-tras", españolizando el término, de la super-crack galletera Nani Mosteo (lo podeis ver aquí), pensando que teníamos el cortador. A veces perdemos la cuenta de los que tenemos...

Fue el elegido, claro... así que hicimos todo el porrón de galletas, cortándolas una a una... fue bien entretenido, jajajajajajaja.


Estas son algunas, secándose en la bandeja. Las hicimos en varios tonos de rosa y violeta (un color muy especial para los papás de Marina).


Hicimos las caritas y manos con fondant, y quedan muy bien, pero la próxima vez las haremos de glasa, porque nos resultan más agradables al comerlas. También esa parte nos dio mucho trabajo, porque cortar de manera "personalizada" cada cara es también, bieeeeen entretenido. Es lo que tiene el trabajo artesanal, cada galleta es única por necesidad y definición.

Luego las embolsamos. Esta fase puede parecer poco grata, porque la gente suele preferir el interior al envoltorio, lógicamente, pero a nosotras nos encanta dejar cada galleta bien envuelta. Es manualidad pura y dura. El lacito con sus rizos...


Y las etiquetas troqueladas, una a una, claro:


Lo mejor de estas galletas es que, según nos ha contado Marta, fueron un éxito. Así que no hay nada tan satisfactorio como pensar que tanto trabajo tiene un final tan feliz.

Le deseamos lo mejor a la pequeña Marina. Y gracias a sus papás por hacernos partícipes de sus momentos especiales.

Es todo por hoy.
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¡Gracias!